Mar de los nazis

Un análisis de los grupos neonazis que coparon Mar del Plata. Organización, accionar y complicidad política.

nazis_mdqPuede parecer una paradoja pero está lejos de serlo. Al mismo tiempo que es sede del primer juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la década del 70 por la organización ultraderechista Concentración Nacional Universitaria (CNU), Mar del Plata también es escenario de un fenómeno que no tiene antecedentes en la Argentina desde la recuperación de la democracia: la incipiente articulación de grupos neonazis de diferentes orígenes en una suerte de frente de acción violenta cuyos objetivos van desde los atentados contra sitios de la memoria hasta la agresión física a militantes políticos y sociales, residentes extranjeros y ciudadanos a los que estigmatizan por sus creencias religiosas o sus elecciones sexuales. Todo esto ante la mirada distraída -cuando no cómplice- del intendente Carlos Arroyo y de las fuerzas de seguridad.

 

Después de varios años de desarrollo casi en las sombras -con atentados que tanto la Justicia como los medios de comunicación interpretaron como “hechos aislados”-, el accionar de los grupos neonazis en Mar del Plata saltó a las pantallas televisivas y las primeras planas de los diarios nacionales en octubre del año pasado, cuando un grupo encabezado por el líder del ultranacionalista Foro Nacional Patriótico (FONAPA), Gustavo Pampillón, agredió a las manifestantes que marchaban hacia la Catedral en el marco del Encuentro Nacional de Mujeres. La policía bonaerense, a cargo del operativo de seguridad, primero los dejó actuar y después desató una brutal represión contra las manifestantes, con un saldo de seis mujeres heridas, mientras facilitaba la retirada de los agresores.

 

“La visibilización del accionar neonazi es bastante reciente, pero la existencia de estos grupos viene de larga data. Básicamente nosotros tomamos conciencia de lo que pasaba hace cinco o seis años cuando vimos que en nuestra ciudad había varios grupos que reivindicaban ideologías nazis, neonazis y fascistas, fundamentalmente con pintadas. Ahí se movilizó la AMIA, también trabajó la Defensoría del Pueblo y pedimos que el Municipio borrara las pintadas”, dice Fernando Lozada, dirigente de la Asamblea por una Sociedad sin Fascismo de Mar del Plata.

 

Aquí están, estos son
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Carlos Pampillon, líder de FONAPA, en un acto

En febrero pasado, la Asamblea dio a conocer un documento donde, además de repasar los hechos de violencia ocurridos en los últimos años y denunciar la ausencia de respuestas por parte de las autoridades, identificó a las cinco agrupaciones neonazis que actúan de manera coordinada en la ciudad.

 

La más numerosa es FONAPA-La Giachino. Se trata de una organización ultranacionalista liderada por Carlos Gustavo Pampillón. Surgió en junio de 2011 cuando el Concejo Deliberante marplatense -a instancias de la Comisión Permanente por la Memoria, la Verdad y la Justicia- retiró del recinto de sesiones el cuadro del fallecido capitán Pedro Giachino, primer muerto en la toma de Malvinas, considerado un héroe de esa guerra hasta que se descubrió su participación en la represión ilegal de la última dictadura. FONAPA irrumpió en el recinto en plena sesión e intentó reponer el cuadro en su lugar. Desde ese momento, comenzaron a aparecer en Mar del Plata manifestaciones de esta organización con lemas como “Zurdos al Paredón”, “Memoria Completa”, “Juicio y Castigo a Montoneros” y “Capitán Giachino Presente”. En su informe, la Asamblea identificó con nombre y apellido a 31 integrantes del Foro.

“La visibilización del accionar neonazi es bastante reciente, pero la existencia de estos grupos viene de larga data»

En las últimas elecciones, Pampillón apoyó la candidatura del representante de Cambiemos, Carlos Arroyo, hoy intendente de Mar del Plata. En uno de sus numerosos mensajes de apoyo, el líder de FONAPA escribió: “Arroyo es nacionalista y defiende los mismos valores que yo; acá le dicen todos que es nazi”.

 

La segunda es la filial marplatense del Frente Skinhead Buenos Aires (FSBA). A nivel nacional, la conduce Claudio “Kalaka” D’Arpino, un aspirante frustrado a policía federal que lideró ataques a periodistas durante manifestaciones en Buenos Aires. El 24 de marzo de 2014, en Mar del Plata, un grupo de FSBA agredió a uno de los organizadores de la marcha por Memoria, Verdad y Justicia. La Asamblea denunció ante la justicia marplatense a siete integrantes del Frente.

 

Lucas Baima, militante anfifascista, luego de ser agredido con caños rellenos de cemento
Lucas Baima agredido por los neonazis en diciembre de 2015

Otro grupo identificado es Bandera Negra, una organización neonazi que toma su nombre como sátira del movimiento anarquista. Está liderada por Alan Olea, yerno de Pampillón. Según el informe, sus miembros están involucrados en una serie de delitos de odio y actos violentos. Señala también que sus militantes intentan reclutar menores en las puertas de las escuelas. Su estrategia de propaganda incluye las actuaciones de un grupo musical de RAC (movimiento internacional de rock anti comunista) cuyo nombre es Six Millon More (seis millones más), en alusión al holocausto judío. La Asamblea identificó a cuatro de sus miembros. La rama femenina de Bandera Negra se autodenomina, también de manera satírica, Rosas Rojas y su jefa es, según denuncia el informe, Mailén Pampillón, hija del líder de FONAPA.

 

Finalmente, la Asamblea señala a otra organización conocida como la Banda del Rusito, que se especializa en agresiones físicas a personas por su género, orientación sexual, nacionalidad, ideología o religión. También realiza pintadas discriminatorias con simbología nazi. Está liderada por Alexander Levchenco, “El Rusito”, y el informe incluye a otros cinco integrantes a los que identifica con nombres, apellidos y alias.

 

Los datos no dejan dudas de la articulación que existe entre las cinco agrupaciones. Además de participar en acciones conjuntas y tener discursos con inocultables coincidencias, las relaciones familiares entre los líderes de tres de ellas terminan de cerrar el cuadro.

 

Dos caras de la Justicia

nazis-mdq-imagPoco después de que se conociera el informe de la Asamblea por una Sociedad sin Fascismo, la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, ordenó la creación de un equipo de trabajo integrado por los titulares de las fiscalías federales 1 y 2 de Mar del Plata, Laura Mazzaferri y Nicolás Czizik, para que intervinieran “conjunta o alternativamente en las causas que tramiten en ese distrito, vinculadas con actos de discriminación” contemplados por la ley antidiscriminatoria o sancionados por el Código Penal.

 

La decisión de la procuradora tuvo como consecuencia que varias causas que se estaban tramitando por separado en la justicia provincial se unificaran en el fuero federal. Menos de un mes más tarde, ya había seis detenidos y otros dos procesados por asociación ilícita. La identidad de los procesados también deja a las claras que la Justicia Federal considera que existen fuertes vinculaciones entre las diferentes organizaciones neonazis que operan en Mar del Plata.

 

En este mismo sentido, una alta fuente de la Fiscalía Federal General marplatense señaló a este cronista que la posible existencia de vínculos entre estos grupos y algunos personajes de la Concentración Nacional Universitaria que hoy están siendo juzgados por crímenes de lesa humanidad es una línea de investigación que no puede descartarse.

«En las últimas elecciones, Pampillón apoyó la candidatura del representante de Cambiemos, Carlos Arroyo, hoy intendente de Mar del Plata»

Los primeros en ser detenidos fueron Alan Olea, yerno de Pampillón, y Gonzalo Paniagua y Nicolás Caputo, conspicuos miembros de Bandera Negra. Poco después se sumaron a la lista Alexander Levchenko y Giuliano Spagnolo, pertenecientes a la «Banda del Rusito», y por último fue capturado en Ushuaia -donde se había ocultado- Franco Pozas, del FONAPA. El juez federal Santiago Inchausti les dictó la prisión preventiva y les trabó embargos por un millón de pesos para garantizar la pena civil y penal que les pueda corresponder. La Cámara rechazó las apelaciones de los defensores y dejó firmes la preventiva y el embargo. Los otros dos procesados -un mayor y un menor de edad- esperarán el juicio en libertad. Llamativamente, desde que se produjeron las detenciones el accionar de los grupos neonazis disminuyó de manera notable.

 

“No sólo fue un avance judicial -dice Lozada-, también nos dio la oportunidad de abrir un debate público sobre el accionar neonazi en la ciudad para que la sociedad conozca lo que está pasando. También estamos dando charlas en las escuelas, donde explicamos cuál es la ideología de estos grupos, cuáles son sus ideas y qué buscan con sus acciones”.

 

Mientras tanto, fuentes de la justicia federal marplatense consultadas para esta nota no descartaron que antes de la elevación a juicio haya nuevos procesados, entre ellos Gustavo Pampillón, en calidad de instigador. Hasta ahora, el líder de FONAPA -considerado el máximo referente y articulador ideológico de los grupos neonazis marplatense- la viene sacando barata.

 

pintada-neonaziEn agosto, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Mar del Plata dispuso que no fuera a juicio y en su lugar cursara la materia de Derecho Constitucional, dejara de participar del Foro Nacional Patriótico por tres años y pagara los daños producidos por los ataques ocurridos en el monumento a la “Memoria-Verdad-Justicia” ubicado frente a la Base Naval y al Centro de Residentes Bolivianos, de los que estaba acusado. Los jueces Roberto Falcone, Mario Portela y Néstor Parra fundamentaron que el Tribunal no podía interceder ante el acuerdo alcanzado por el fiscal Juan Manuel Pettigiani y el abogado Cristian Moix para que Pampillón evitara llegar a juicio y se le concediera la probation. “El Tribunal se encuentra obligado a homologar el consenso acordado por las partes toda vez que le incumbe al Ministerio Público la gestión de los intereses sociales, al tiempo que se prohíbe a los órganos jurisdiccionales impulsar la acción penal”, explicaron en la resolución.

 

La decisión de los jueces provocó profundo malestar en las organizaciones que integran la Asamblea por una Sociedad sin Fascismo y entre los organismos de derechos humanos. En un duro comunicado, la Comisión Provincial por la Memoria señaló que “si bien el instituto de suspensión de juicio es un beneficio que otorga la ley a los imputados de delitos que conllevan un monto de pena menor, la causa por daño agravado contra Pampillón requería la imprescindible publicidad de los hechos en un juicio oral, tanto por la calidad del autor -como representante de una organización ideológica que contradice principios y valores democráticos-, como por la relevancia e interés social que generaron estos ataques”.

 

Con el final de la historia todavía abierto y a pesar de los claroscuros judiciales, la visibilización del tema ayudó a que la sociedad marplatense empezara a percibir que algo huele a podrido en su ciudad. Una señal de alerta que deberían tener otras ciudades argentinas, como La Plata, donde el grupo de la ultraderecha católica Vanguardia Nacionalista viene provocando desde hace tiempo con sus pintadas en las paredes de centros culturales y de locales de partidos de izquierda.

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