Si algún debate preelectoral definió la suerte de un candidato, este miércoles por la noche pasó todo lo contrario en el canal de noticias del Grupo Clarín. Aunque se trató del primero, y quizás único, debate público entre los cuatro principales candidatos a diputados nacionales por la ciudad, todo resultó un trámite fácil para el macrismo, la fuerza conservadora que gobierna Buenos Aires desde 2007 y cuya representante debió lidiar con tres oponentes que dejaron al descubierto los peores errores de su gestión. De hecho, podría decirse que entre Gabriela Michetti (PRO), Alfonso Prat Gay (Acuerdo Cívico y Social), Fernando Pino Solanas (Proyecto Sur) y Carlos Heller (Encuentro Popular por la Victoria), quien logró eludir todas las acusaciones victimizándose sin contestar un solo dato, fue la única mujer del panel.
Aunque los cuatro debatieron sobre modelo de país, situación de la ciudad y políticas de seguridad, la ex vicejefa de gobierno porteño hizo como que no escuchó nada cuando le hablaron de crisis habitacional, aumento de la mortalidad infantil en la zona sur, acción de patotas contra personas sin techo, o cuando le enumeraron todas las promesas que su gobierno incumplió desde que asumió en diciembre de 2007.
Michetti y Prat Gay se ocuparon de criticar al gobierno nacional y Heller quedó muchas veces obligado a defender la gestión desde 2003, pero a la hora de articular una defensa sólida sobre su gobierno, la mujer se escudó en su debilidad. En un momento recibió críticas por triplicado. Prat Gay recurrió al archivo y leyó declaraciones de Macri antes de asumir y recordó su célebre frase: “¿Somos idiotas que no podemos construir 15 kilómetros de subte?” Solanas aludió al pésimo estado de los hospitales y a la siniestra Unidad del Control del Espacio Público y Heller le recordó las cifras de subejecución presupuestaria. Abrumada, la candidata miró a los conductores y les dijo “no puedo así, están diciendo cosas que son mentira”. Pero lo cierto es que nunca rebatió un solo argumento y cuando tuvo oportunidad, habló a las cámaras como si estuviera ensayando un spot televisivo en los estudios de Savaglio. No fue más que el mejor despliegue de un producto de marketing que ha comenzado a mostrar su desgaste, pero que hasta ahora sigue siendo de mucha utilidad para no exponer al ejército de impresentables que revistan en las filas del macrismo.
Entre generalidades, tristes chicanas de Pino Solanas hacia Heller, y la exasperante monotonía del aburrido economista de Carrió, nadie se acordó de preguntarle a Gaby por el ministro sin cartera de negocios inmobiliarios Nicolás Caputo o por el apoderado del PRO José Torello, pieza clave en el juego porteño y en una larga trama de política y negocios. Así fue que la estrategia de ponerla a Michetti repitiendo eslóganes casi al borde de la emoción, le quitó tiempo a la posibilidad de que alguien le recordara que detrás de la nueva Policía Metropolitana hay centenares de policías retirados con oscurísimos prontuarios y que por encima de ellos está la sombra del ex comisario Jorge “El Fino” Palacios, uno de los mejores contactos del FBI en la Argentina y ex jefe de Investigaciones Antiterroristas de la Policía Federal. El mismo que sostuvo la hipótesis del ex juez Juan José Galeano en el caso AMIA y que asesoró a Mauricio para rescatar a su hermana Florencia de un secuestro.
Sobraron palabras y faltaron críticas certeras. Quedaron impunes las 170 cámaras del nuevo Gran Hermano que vigilará toda la ciudad. Mañana serán miles y mientras tanto la comuna se encarga de publicitarlas mediante unos afiches muy poco felices que dicen “Sonría lo estamos filmando”. Y como si fuera poco, nadie pudo exigirle una respuesta concreta sobre la cantidad de pibes fumando paco en las villas, sobre la cantidad de jóvenes que no estudian ni trabajan, ni sobre los verdaderos planes que tienen para la villa 31.
Pero para algunos, las decepciones no terminan ahí. Quizás porque, más allá de sus aciertos, a nadie se le escapó la cantidad de chicanas que Pino Solanas le destinó a Heller para pegarle a Kirchner, y mucho menos, la cantidad de veces que el cineasta terminó coincidiendo con Michetti y con Prat Gay, salvo cuando le recordó al hombre de Carrió que fue funcionario del banco J.P.Morgan, justo en la época en que ayudó a fugar 20.000 millones de dólares del país, algo mucho peor que el FMI. Sin embargo, el ejemplo más ominoso de las coincidencias entre Pino, Michetti y Prat fue cuando hablaron de reclamar el traspaso de la policía a la ciudad, sin mencionar siquiera que la nueva versión porteña es un modelo que habría que revisar antes de que sea demasiado tarde.
Pero hubo excepciones. Una de ellas ocurrió cuando el cineasta castigó a Prat Gay al recordarle que su sector «no quiere recuperar los recursos del país, sino volver al Fondo Monetario Internacional», mientras que Heller hizo lo propio al afirmar que el candidato de Carrió «quiere déficit fiscal para volver a endeudarse con el FMI». «Por su supuesto», respondió Prat Gay y ratificó su propuesta. Casi parecido a la respuesta afirmativa que dio Mauricio Macri cuando le preguntaron si volvería a privatizar Aerolíneas Argentinas y los fondos de jubilaciones. Cuando Heller se lo recordó a Michetti, la candidata comenzó a hablar de otra cosa y no tuvo mejor idea que recordarle a los porteños que “queda un camino lindo por recorrer”. Ni más ni menos que el viejo truco menemista de prometer una cosa y luego hacer todo lo contrario.