De la Redacción de ZOOM. Los diputados que responden a la Mesa de Enlace no lograron llevar adelante una sesión especial destinada a eliminar las retenciones a la soja y a afectar gravemente las finanzas públicas. Horas después, el Gobierno decidió coparticipar el 30% de esas retenciones con las provincias. Así, volvió a cambiarle la cancha a la oposición, satisfizo un viejo reclamo de los gobernadores y, a la vez, los comprometió en la defensa del modelo económico.
El intento por restaurar en Argentina el modelo neoliberal marcha a contramano del mundo, donde la propia racionalidad del pensamiento dominante ha estallado en mil pedazos. Pero hay una misma lógica sobreviviente detrás de ese retroceso en marcha: el viejo truco de privatizar las ganancias y socializar las pérdidas.
Ejemplos hay varios, y todos valen por su misma barbarie. Si la “ayuda” de 173 mil millones de dólares del gobierno de Estados Unidos a la multinacional AIG fue a parar a las cuentas de 73 ejecutivos (la famosa “excelencia” en negocios), es natural que el puñado de campesinos enriquecidos de la Mesa de Enlace (germen del nuevo Partido de la Vanguardia Sojera) se considere propietario exclusivo de la renta extraordinaria de la tierra como si sus estancias fueran ducados autárquicos.
Con semejante concepción, el terrateniente lechero Biolcati Magnasco, asesorado desde el edificio Kavanagh, no acepta otro resultado que la eliminación total de las retenciones. Detrás de ese objetivo se agrupa el gallinero opositor.
Regresiones
Esta visión conservadora simboliza un considerable retroceso respecto de ciertos paradigmas de las sociedades organizadas alrededor de la justicia y la equidad, como aquel de la “función social de la propiedad”, (aceptado a regañadientes por el propio corpus reaccionario de la Iglesia Católica), un avance respecto al derecho absoluto. La Argentina había hecho punta en ese avance, establecido en la Constitución de 1949.
No es casual entonces que la dictadura militar en 1976 derogara de inmediato la llamada ley Giberti que determinaba la incumbencia del Estado en cuanto a que “la tierra cumple su función social cuando produce de acuerdo a la conservación del recurso y se atiende a una justa distribución del ingreso generado”. Eso establecía la ley suprimida, que con el impuesto a la renta potencial de la tierra, eran los dos cucos de los hacendados.
Perfil cambiado
Magdalena Ruiz Guiñazú, del ala progresista del ultraconservadurismo y de antiguos vínculos con la pata naval de la dictadura aunque luego se blanqueara en la Conadep, entrevistó en el Diario Perfil a Horacio Giberti, autor de esa ley que el gran productor agropecuario, abogado en la sombra de los Graiver y dirigente de la Sociedad Rural, José Alfredo Martínez de Hoz, hizo desaparecer de un plumazo.
Con sus 91 joviales años, el ingeniero agrónomo fue secretario de Agricultura entre 1973 y 1974, dirigió el INTA, es profesor en la UBA y conduce el IDEA que publica Realidad Económica.
Giberti comenzó por sintetizar ese espíritu de la ley, la función social de la propiedad de la tierra, lo que provocó la inmediata condena de “la periodista”:
—¡Era una especie de reforma agraria, ingeniero!—
Luego de que se le aclarara que una reforma agraria significa un cambio radical en las formas de producción y la tenencia de la tierra, que aquella ley no avanzaba mas allá de establecer cierto papel tutelar del Estado, y que en todo caso la realidad actual difiere profundamente de la de 1974, la conductora “lo dejó ahí”, internándose en el presente.
El famoso campo
Giberti hizo una excelente radiografía de lo que defiende la Mesa de Enlace, y de cuál es la política del gobierno, augurando que el objetivo de Biolcati y compañía consiste en que la gente coma “más polenta y menos bife”. Sus ideas puede resumirse así:
– La revolución tecnológica permitió aumentar progresivamente la producción en una superficie invariable. Pero eso ha provocado “una gran concentración de la producción, porque buena parte de esta producción ha pasado a estar en manos de arrendatarios”.
– Esos arrendatarios entregan su tierra a pools financieros “que buscan una utilidad grande en un período breve”. Son “empresas de riesgo que apuntan a buscar alta rentabilidad en poco tiempo, no buscan la permanencia. Y si bajan los precios, como está ocurriendo ahora, todas esas actividades van a pasar a otras áreas. En vez de ser elementos anticíclicos, agravan el ciclo”. El capital financiero es el modo más depredador del capitalismo, tal como lo confirma la hecatombe mundial.
– Los pools de siembra contratan maquinaria, adquieren insumos a granel a precios diferenciales al del productor individual, y aceleran el desarraigo. No generan desarrollo local porque no compran localmente. “Hoy, el 20% de los productores está entregando alrededor del 80% de los granos”.
– Las ventajas comparativas de la producción pampeana exigen un tipo de cambio diferencial para la exportación. Distintos tipo de cambio habilitan todo tipo de maniobras en divisas, al contrario de las retenciones con un tipo de cambio único, que es la política vigente. “La otra solución fue, en momentos de comercialización estatal, que el Estado, por su cuenta, estableciera los precios”.
– “El ingreso asegurado para el productor agropecuario medio, con las retenciones existentes, era muy satisfactorio”.
– No puede existir estado desesperante entre los productores si a la vez estar acopiando soja (unas 7 millones de toneladas) en silos-bolsa.
– Errores del gobierno: que tome “una serie de medidas sin fundamentarlas ni explicarlas. El Estado debería haber publicado una serie de modelos económicos mostrando cómo los distintos tipos de explotaciones podían soportar esas retenciones”. “El gobierno representa los intereses generales. Las entidades del sector agropecuario representan los intereses de sus afiliados, que no siempre coinciden en forma absoluta con los intereses generales”.
– Según “el último censo agropecuario, sólo el 12% o 15% de las explotaciones están afiliadas a alguna entidad gremial. Y hay alrededor de un 30% afiliadas a cooperativas”.
– El margen entre el precio al consumidor y el precio al productor de leche es exagerado. “Se pone énfasis en el precio al productor sin considerar la justicia de los márgenes de comercialización, desprotegiendo el interés del consumidor”.
Retenciones, medios, pena de muerte
Uno de los contextos de más difícil resolución en el arte militar es el de retroceder peleando. Es lo que en las viejas cargas de caballería se conocía como “volver las caras”.
Con la iniciativa de adelantar las elecciones nacionales, el gobierno procura no ser rodeado por la triple tenaza del fin de las retenciones a la soja (con lockout patronal incluido), el escándalo mediático por una ley de medios que puede acabar con la palabra monopólica y el fantasma de la inseguridad, síntoma de violencia social.
Naturalizada esa mezcla informe de impunidad (porque el combo de Biolcati incluye el fin de la política de derechos humanos y el voto calificado) e inequidad social, la anarquizada oposición, que simula unirse pero no puede, va detrás de la sombra del Partido de la Vanguardia Sojera que también simula, simula estar conformada por productores cuando todos ellos son usureros de guante blanco, financistas de mesas de dinero.
En ese contexto, la marcha de la farándula por la pena de muerte y/o servicio militar para las víctimas del paco, organizada por Clarín y La Nación, fue una cortina de humo para enmascarar el otro frente, el control social sobre los medios hegemónicos, y cuyo lanzamiento oficial se produjo al mismo tiempo que un cura afirmaba en la Plaza que la pena de muerte ya era un hecho cuando se asesinaba por veinte pesos.
Millones de argentinos viven con menos de veinte pesos diarios. La mayor parte de las víctimas del paco son menores de 10 años.
Vení que te coparticipo
Cristina es reacia a firmar Decretos de Necesidad y Urgencia porque debe creer, con razón, que no contribuyen a cualificar ese particular sesgo parlamentarista que ha impreso a su gestión, y servido, entre otras cosas, para desnudar las verdaderas intenciones de la oposición.
Al coparticipar con las provincias (que recibirán de inmediato la presión de los intendentes) atiende un viejo reclamo de los gobernadores y a las vez los compromete en la defensa del modelo con un argumento básico de la acción política: un oportuno cañonazo de dólares. Desde sus diferentes lugares, Schiaretti y Reutemann estarán obligados a acompañar la medida.
Pero no todas son rosas. En la negociación con “el campo”, el gobierno ha hecho concesiones que reducen los ingresos del Estado Nacional. Ésta va en el mismo sentido, con lo cual se reducen un poco más los superávit que, junto con las reservas, conforman el dispositivo
central de defensa del peso argentino y del modelo económico. Análisis sofisticados para estos afiebrados días en los que el futuro lejano se llama 29 de junio.