De la Redacción de ZOOM. En la ciudad de Rosario se realizó el sábado 20 de setiembre el Primer Encuentro Nacional de los espacios Carta Abierta. Es un espacio de participación para la discusión y la intervención en las políticas públicas, en defensa de un gobierno democrático popular amenazado y por un Estado que intervenga, cada vez mas fuertemente, en la distribución de la riqueza producida por la argentina. El grupo reúne a distintas voces que expresan a distintas tradiciones políticas, teóricas, e ideológicas emancipadoras‚ con el compromiso de poner la palabra en acción liberadora.
Con la participación de los espacios de CARTA ABIERTA de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Neuquén, La Plata, Mar del Plata y Necochea, se realizó en Rosario el pasado sábado 20 este primer encuentro nacional, inaugurado con un acto en el Concejo Deliberante.
En la reunión, los espacios de Carta Abierta reafirmaron el compromiso de aportar, “nuestra capacidad de reflexión crítica y nuestra potencia creadora para evitar que el proceso político iniciado en el 2003, tan jaqueado en estos tiempos por los sectores más reaccionarios, sea interrumpido, neutralizado o vaciado de contenido”.
Incluimos a continuación el texto definitivo leído, debatido y finalmente votado en la asamblea nacional del espacio.
PRIMER ENCUENTRO NACIONAL DE LOS ESPACIOS
CARTA ABIERTA
En la ciudad de Rosario,
A escasos metros de las fangosas barrancas del Paraná, donde uno de
nuestros más brillantes patriotas, el General Manuel Belgrano, hace
casi dos siglos enarbolara por primera vez la bandera celeste y
blanca, en un acto simbólico inaugural de nuestra nacionalidad;
aquí, en Rosario,
A escasas horas de la finalización de otro congreso más de la derecha
-que parece haber elegido a esta ciudad como escenario privilegiado-
al que no faltaron ni Clarín, ni el sojero Grobocopatel, ni la
Sociedad Rural, ni las máximas autoridades de esta ciudad y esta
provincia, ni conocidos cuadros impulsores de las recetas ajustistas,
esta vez con el vicepresidente del voto no positivo como moño final;
aquí, en Rosario,
Donde el pasado 25 de mayo, en medio del lock out patronal y la
violenta embestida desestabilizadora agro-mediática, pródiga en
expresiones de un machismo, un racismo y un desprecio de clase
reveladores de ideales nada democráticos por cierto, los héroes de la
mesa de enlace campestre, en el paroxismo de sus pasiones
neoliberales, nos agraviaron, en estas mismas barrancas, intentando
sectorizar, «privatizar» la escarapela; aquí, en Rosario,
En esta ciudad envuelta en densas humaredas tóxicas que suben desde
los pastizales incendiados por los mismos productores que, en el afán
de la ganancia ilimitada, pretendieron adueñarse de las rutas para
adueñarse de las decisiones que le corresponden al gobierno elegido
por el pueblo soberano, y que con la misma lógica trasladan el ganado
a las islas para liberar más hectáreas y destinarlas a la soja, sin
reparar en daños ambientales y perjuicios a la salud ocasionados;
Aquí, en Rosario,
En esta provincia cuyos tres senadores, desde distintos folklores
partidarios, pero defendiendo idénticos intereses conservadores,
votaron contra las retenciones móviles, haciendo bloque con quienes
se oponen a cualquier intervención del estado en el proceso económico
y a toda iniciativa tendiente a recuperar el sentido de lo público,
Aquí, en Rosario,
En esta ciudad que en los años 90 llegó a ser abanderada nacional del
desempleo,
Aquí, en Rosario,
Hoy nos hemos encontrado por primera vez cientos de intelectuales,
artistas, investigadores, docentes, hombres y mujeres de la cultura,
pertenecientes a TODOS los espacios CARTA ABIERTA que existen a nivel
nacional, con el ánimo de conocernos, escucharnos y reflexionar juntos
acerca del momento histórico social que atravesamos y nos atraviesa.
Surgimos en defensa de un gobierno al que se buscaba y se busca
por todos los medios deslegitimar, toda vez que no se lo puede
domesticar. Y apoyamos fuertemente la decisión de afectar una renta
extraordinaria, a los efectos de contribuir a una mejor distribución
del ingreso. Convencidos, además, que en el conflicto con las
patronales agrarias no se discutía apenas un sistema de retenciones
móviles, sino la posibilidad de que el rumbo político se malogre, se
detenga o se profundice. Por eso expresábamos que no era por las
incontables falencias o las torpezas lamentables que se atacaba al
gobierno, sino por sus aciertos.
Los recientes acontecimientos de extrema violencia y clara
intención destituyente que afrontaron Evo y nuestros hermanos de
Bolivia, muestran con perfil Colla y en lengua Aimara la tesitura que
afrontan todos los gobiernos latinoamericanos que intentan reafirmar
políticas soberanas y de fuerte compromiso con las mayorías
postergadas. Y nos señalan que hoy, más que nunca, la suerte de
nuestro país está fuertemente unida a los procesos que se gestan en
Bolivia, Venezuela, Ecuador, Paraguay, Brasil. Y por lo tanto, la
validez y la vigencia del ideal latinoamericano.
La Argentina ha protagonizado en estos años avances históricos
que no cabe en ningún caso subestimar, desde el momento en que asumió el primer gobierno posterior al genocidio que desterró de plano la teoría de los dos demonios, en una fuerte apuesta simbólica que,
recurriendo a la verdad histórica, fue capaz de cuestionar de modo
irreversible la trama discursiva que sostenía y aún intenta sostener
la impunidad.
La anulación de las nefandas leyes y el correlativo
enjuiciamiento de los culpables de crímenes de lesa humanidad
cometidos durante los años del terrorismo de estado, abren nuevas
claves interpretativas de la historia y van de la mano con la
recuperación de una política exterior soberana y de perfil
latinoamericanista, un notable crecimiento económico acompañado con
recuperación del empleo y el salario, una significativa disminución de
los índices de indigencia y pobreza, la recuperación de un sistema
previsional público, la derogación de la Ley Federal de Educación y la
concreción de una Ley de Financiamiento Educativo.
Estos logros y sobre todo, la actitud de un poder político decidido a resistir las presiones de aquellos sectores que durante años contribuyeron a la postración de nuestra nación, marcan un camino que en esta particular coyuntura es imprescindible reivindicar con énfasis.
A recuperarse de la derrota
Por eso nos importa que el gobierno se recupere rápidamente de la
derrota sufrida, entre otras cosas, descifrando algunas de sus claves.
En ese contexto, en las últimas semanas hemos presenciado claroscuros
que es preciso señalar. Sabemos que una de las peores herencias de los
años de hegemonía neoliberal fue la funesta privatización de los
servicios públicos, que lejos de colocarnos a las puertas de una
proclamada modernidad, dejaron como secuela tarifas exorbitantes,
prestaciones deficientes y desintegración territorial y productiva.
Es por esto que festejamos la iniciativa de recuperar Aerolíneas
Argentinas como empresa estatal. Por lo mismo expresamos nuestra
preocupación por la continuidad de un servicio ferroviario que dista
mucho de ofrecer mínimas condiciones satisfactorias a millones de
personas que utilizan a diario este medio de transporte.
En ese sentido, por condenables que sean los acontecimientos de violencia que hace unos días, en el Ferrocarril Sarmiento, provocaron la destrucción de bienes públicos, no es bueno subsumir sus causas en imputaciones ligeras a grupos de izquierda, sin por lo menos hacerse cargo del legítimo malestar ciudadano en que se asientan.
Vemos con agrado el envío al parlamento de una ley de movilidad
previsional, consensuada con la CGT y la CTA, detalle nada menor, que
permitirá garantizar una normalización de los haberes jubilatorios,
echando por tierra una de las más nefastas herencias que dejara al
país la gestión de Domingo Felipe Cavallo. Y es de esperar que ninguna
intrincada ecuación matemática, por justificada que sea la prudencia
contable que la anime, venga a ensombrecer esta significativa medida
reparatoria.
No a la desaceleración del crecimiento económico. Sí a la distribución de la riqueza
En la actualidad diversos especialistas, ligados en su gran
mayoría a la experiencia neoliberal que, hace escasos años, hundió en
la pobreza a la mitad de la población de nuestro país, exigen
políticas de desaceleración del crecimiento económico y contracción de
la demanda como único camino para regular el incremento de los
precios.
Tales iniciativas elevarían nuevamente los niveles de pobreza
y desempleo, echando por tierra los esfuerzos realizados con el fin de
incrementar los ingresos y salarios reales, concentrando en manos de
unos pocos el fruto del crecimiento. Sostenemos que toda política
antiinflacionaria debe ser funcional a una política activa de
distribución de la riqueza y no a la inversa.
Rechazamos las críticas realizadas desde la oposición al pago de
la deuda contraída con el club de París, dado que esta medida permite
alcanzar mayores grados de independencia y márgenes para establecer
políticas soberanas de desarrollo socioeconómico, sin comprometer la
actual estabilidad macroeconómica. Asimismo, en medio de la crisis
financiera desatada en la principal economía del planeta, destacamos
la necesidad de continuar aplicando políticas macroprudenciales que
resguarden a nuestra economía de los vaivenes causados por los
crecientes grados de especulación a nivel internacional.
Reivindicamos la aplicación de derechos de exportación a los
principales productos agropecuarios por parte del Estado, con el fin
de mitigar los efectos de las rentas extraordinarias sobre el
incremento del precio interno de los alimentos, la caída de los
salarios reales y la concentración de la riqueza.
Esta herramienta soberana también permite el establecimiento de tipos de cambio diferenciales, indispensables para fomentar el desarrollo local.
Alertamos además sobre la necesidad de focalizar políticas públicas en
las rentas extraordinarias financiera y minera.
Consideramos indispensable la recuperación de instrumentos de
intervención pública en materia económica y el establecimiento de
políticas de planificación que permitan afianzar un rumbo de
desarrollo con distribución de la riqueza, con horizontes de largo
plazo. La experiencia reciente de nuestro país y la región muestran
que los agentes económicos privados y el mercado son incapaces de
realizar estas tareas, quedando en manos del ejercicio soberano del
pueblo a través de un Estado consustanciado con el bienestar de las
mayorías.
Por una nueva Ley de Radiodifusión
Asimismo esperamos con entusiasmo el anunciado proyecto que
procura erradicar la aún vigente Ley de Radiodifusión de la dictadura
militar, favoreciendo así una democratización de las voces y las
perspectivas, ciertamente acalladas por un complejo mediático que hoy,
casi sin excepciones, reproduce y afianza, bajo la pátina de lo
políticamente correcto, opciones reaccionarias y contrarias al interés
de los más humildes.
Sabemos que los intereses que procuran erosionar la legitimidad
del gobierno permanecen al acecho, y que el Poder Ejecutivo debe
oxigenarse luego del duro traspié que significó el rechazo del
proyecto de retenciones móviles.
Hay que abroquelarse frente a aquéllos que buscan el debilitamiento de la figura de la Presidenta y una brutal derechización programática; como así también colaborar para que las bases sociales del gobierno se amplíen, construyendo cada vez puentes más sólidos con las mayorías populares postergadas y empobrecidas, que son la base más genuina de sustentación popular, sin descuidar a los sectores medios que por complejas variables inextricablemente anudadas, han quedado ubicados en el peor lugar de la trinchera.
Hoy reafirmamos nuestro compromiso de aportar, desde los espacios
CARTA ABIERTA, nuestra capacidad de reflexión crítica y nuestra
potencia creadora para evitar que el proceso político iniciado en el
2003, tan jaqueado en estos tiempos por los sectores más
reaccionarios, sea interrumpido, neutralizado o vaciado de contenido.
Y en ese sentido, creemos indispensable recuperar la política
como asunto de todos, único modo de vigorizar las instituciones,
renovar la vida colectiva, y apuntar a una mayor justicia social,
condición esencial de la democracia. Ante las acechanzas que se
ciernen, es fundamental movilizar los recursos culturales y sociales
capaces de brindar un sólido andamiaje a las medidas con las que el
gobierno busca sacar a nuestro país del pantano neoliberal en el que
estaba hundido.
Rosario, 20 de setiembre 2008