Usurpación y desmonte en Tafí Viejo, las yungas en peligro

Tafí Viejo, las yungas, Nina Velárdez, lo que de verdad importa. “Con sus manos curtidas y un rostro fraternal brindando está la Nina un gesto de amistad”. Por Romina Ramírez

Tafí Viejo alberga en sus yungas una biodiversidad imponente, reservorio de flora y fauna que define la combinación de un ecosistema magnánimo, trascendental para el Norte Argentino. Freddy Carbonel, perteneciente a la Asociación Civil Pro Eco Grupo Ecologista, defensores del medio ambiente, levanta bandera frente a la usurpación de tierras y a la extracción de áridos para defender las míticas enseñanzas de Nina Velárdez y honrar su memoria.

Nina Velárdez: madre la naturaleza, guardiana de las yungas

Petrona Lucinda Velárdez, conocida como “La Nina”, nació el 13 de julio de 1922 y, a sus 4 años, fue a vivir al puesto que tenía su abuelo en el cerro. Casi por añadidura se convirtió con el correr del tiempo en la “Pachamama Taficeña”, tal vez la única de esta contemporaneidad tucumana, la que nos invitó a construir en comunidad el respeto por el medio ambiente de su Tafí Viejo natal. La Nina recibía a los visitantes con mates cebados sazonados con hierbas de la zona como el alpamato. Su conocimiento de la naturaleza era absoluto, por esta razón cientos de profesionales y especialistas en ciencias naturales aprovecharon su experiencia y muchos de sus estudios se basaron en los saberes de “la Nina”.[1]

Falleció el 28 de septiembre de 2013, pero su memoria se extiende como gota de agua de lluvia que acaricia las hojas de los árboles que se erigen en ese imponente cerro taficeño, allí transitó su vida entera, por eso músicos y poetas como Yanki Molina, Gastón Pourrieux, Martín Correa, Luchín Jurado, la inmortalizaron en sus obras, como los versos extraídos de la prosa de Marcelino Sánchez “La Nina Velardez”:

No le conocen de amores,

dejó pasar su momento,

pero ha confesado que a veces

se había enamorado del viento.

Cuenta de historias vividas,

charla de cosas sinceras,

por los pagos tafíceños

en un encuentro cualquiera.

Ya no está entre nosotros,

se ha ido lejos por senderos,

la ha llamado tata dios

pa’ que le cuide los cerros.

A Freddy se le nubla la mirada, con melancolía recuerda a la Nina y, sabiamente, afirma “es mi segunda madre la Nina, ella nos protegía y nos enseñó mucho (o prácticamente todo) lo que hoy sabemos de nuestras yungas, ella vivía en medio del cerro, todos los fines de semana la íbamos a visitar o nos escapábamos del colegio para conocer sus enseñanzas”. Entonces esboza una sonrisa y recuerda “decía que las fotos le robarían su alma”, tal vez por esa convicción hay muy pocas fotos circulando de nuestra Nina Velárdez. Ahora bien, me detengo en el relato, y surge, casi de forma instantánea, un paralelismo sobre cuántas almas se habrán robado las fotografías o las actuales selfies. Esas imágenes instantáneas que solo nos evidencian una milésima de secuencia de una realidad tácticamente traducida para las redes sociales (sean reales o fake news) mostrando o demostrando una acción para esa otredad que se enuncia como receptor y ahí se hace carne la expresión de Eduardo Galeano “vivimos en un mundo donde el funeral importa más que el muerto, la boda más que el amor y el físico más que el intelecto. Vivimos en la cultura del envase, que desprecia el contenido”. En contraposición, la Nina supo calar hondo en la vida de los taficeños, encontró las herramientas y las formas para contar la importancia que tenían los cerros para los habitantes de las ciudades, supo construir ese amor colectivo por esa tierra, por ello, y ante la amenaza de un puñado de buitres guiados por intereses mezquinos propiciando el desmonte y socavando su legado, fue el mismo pueblo a través de las organizaciones civiles y sociales que se levantó en lucha con el único objetivo de defender las yungas como lo haría la Nina, preservándolas para las futuras generaciones.

La crisis climática y la fiebre inmobiliaria

Freddy nos comenta que la Asociación Civil Pro Eco Grupo Ecologista nació en Tafí Viejo hace 39 años, en 1992 y hoy se encuentra en casi todo el noreste argentino. Su principal defensa fue el pedemonte en Tafí Viejo, brindando la protección de los árboles frente al desmonte, lo que generaba un desequilibrio en las cuencas hídricas provenientes del cerro. El resultado de cada verano, debido a las lluvias intensas, eran deslaves de barro y piedras que afectaban a las familias que se ubicaban en estas regiones del Tafí. Carbonel nos comenta que el cambio climáticosiempre existió, pero ahora se está intensificando la crisis climática por la incesante producción capitalista sin límite y de crecimiento exponencial. Esto genera que exista una desigual relación con la naturaleza; un ejemplo claro es que los dueños de las tierras son un grupo concentrado que excluye a las comunidades de los pueblos originarios, mientras genera hectáreas tras hectáreas de monocultivos: caña de azúcar, en primer lugar, luego limón y, finalmente, la preciada soja. Pareciera que la única especie que representa un peligro permanente para el medio ambiente es la especie humana, a pesar de que casi como una ironía del destino es totalmente dependiente de la naturaleza para su subsistencia.

Además, existe un impulso de construcciones en las yungas, lugares que se desmontan para hacer posible la venta de esos terrenos, lo que pone en peligro al pedemonte, ya que infringen las normativas preestablecidas por la Ley 8304 de Ordenamiento Territorial del Bosque Nativo, que protege las masas boscosas y a la selva ubicada a las orillas de los ríos. De acuerdo con esta ley, gran parte del sector de las yungas ingresa en la categoría de zona roja, espacio destinado únicamente para actividades de protección, mantenimiento, recolección y otras tareas que no alteren sus atributos intrínsecos, incluyendo la actividad turística sustentable, que deberá desarrollarse a través de Planes de Conservación. También podrán ser objeto de programas de restauración ecológica ante alteraciones y/o disturbios antrópicos o naturales,[2] en tanto que las tierras que ingresan a la categoría de zona amarilla pueden incluir el aprovechamiento sostenible, turismo, recolección e investigación científica, teniendo en cuenta que las actividades a desarrollarse en esta categoría deberán efectuarse a través de Planes de Conservación o Manejo Sostenible, según corresponda. Siguiendo estas categorías cabe resaltar que el terreno de los cuales son dueños la familia Velárdez consta de 70 m2 de ancho pero que atraviesa el Río Tafí, la Toma de Agua, y limita con el Parque Sierras de San Javier que es una unidad de protección ambiental de la Universidad Nacional del Tucumán.

La venta ilegal y el desmonte atenta contra los derechos de las personas

La arquitecta María Florencia Vidal, subsecretaria de Planeamiento y Desarrollo Urbano de la Municipalidad de Tafí Viejo explicó a Zoomque el terreno que se encuentra en conflicto se identifica con el padrón provincial 83.234. Aunque los datos catastrales de la Dirección General de Catastro Provincial indican que el terreno es propiedad de la Universidad Nacional de Tucumán, Silvia Alejandra Velárdez se reconoce como heredera de una fracción del terreno en cuestión justificando que las tierras fueron herencia de su tía Petrona Lucinda Velárdez, popularmente conocida como “la Nina” quien habitó prácticamente toda su vida en los cerros taficeños y fue considerada guardiana de los mismos. En ese sentido, a través del trabajo municipal y como consecuencia de las denuncias de la Asociación Civil Pro Eco Grupo Ecologista se verificaron acciones de:

  • Usurpación de terrenos de la Universidad Nacional de Tucumán por parte de personas sin escrúpulos.
  • Venta ilegal de lotes. El emprendimiento no cuenta con ningún tipo de habilitación que autorice la actividad comercial ni el inicio de obras de construcción.
  • Desmonte del área boscosa en total infracción a la Ley Provincial 8304 de Bosques Nativos.
  • Trazado informal de caminería interna con definición de subdivisiones en lotes que no cumplen con la normativa vigente que prohíbe subdividir por debajo de 5000 m2 a las unidades de terreno.
  • Construcción de edificaciones múltiples no declaradas.

Ante los hechos denunciados, la Municipalidad de Tafí Viejo, en primer lugar, puso en marcha un operativo mediante el cual se procedió a secuestrar la maquinaria utilizada para el desmonte y se labraron las actas de infracción correspondientes. Además, se iniciaron las acciones legales, que se encuentran en curso contra los loteadores y usurpadores involucrados. Tanto la Asociación Civil Pro Eco Grupo Ecologista como la Municipalidad de Tafí Viejo han realizado las denuncias a la Dirección Provincial de Flora, Fauna Silvestre y Suelos para que tome cartas en este tema, y se ha instado, por los medios oficiales y en numerosas ocasiones, a que la Universidad Nacional de Tucumán haga lo propio.

Hasta el momento de cierre de esta nota no hubo respuesta por parte de los organismos provinciales y nacionales mencionados, sin embargo, en los últimos días, desde la Unidad Ejecutora de Protección Jurídica del Medio Ambiente y el Patrimonio Cultural de la Fiscalía de Estado se brindó una capacitación destinada a los 93 delegados comunales, con el objetivo de resguardar las tierras fiscales en todo el territorio provincial. El gobernador Osvaldo Jaldo destacó que “llegaron a la provincia para poner orden en Tucumán”, resaltó que es fundamental preservar la propiedad privada de los tucumanos, evitar las usurpaciones en la provincia y enfatizó que “aquellas tierras usurpadas serán judicializadas para ver cómo se las recuperan, como así también las del Estado”.

Somos el legado de la Nina

Freddy Carbonel destaca que no es un referente, se define como una de las muchas manos y voluntades que guían el arduo trabajo de la Asociación Civil Pro Eco Grupo Ecologista, tal vez las enseñanzas de esta organización siembren las semillas para que germine, en cada taficeño, en cada tucumano, con el transcurrir del tiempo, otra conciencia de cuidado y comprendan al cerro como un gran ser vivo que respira, que crece, que sana y nos protege de las intensas tormentas, de la codicia humana, de los intereses mezquinos, ofreciéndonos la majestuosa naturaleza que nos convoca a recuperar la humanidad, a ser protagonistas y defensores de las yungas y su diversidad.

Luis Luchin Jurado en la Chacarera “La Nina Velárdez” expresó “Con sus manos curtidas y un rostro fraternal brindando está la Nina un gesto de amistad”, esa fue su historia y su realidad, un rostro amable en la inmensidad de las yungas, narrar parte de la historia de nuestra querida Nina quiere ser un homenaje a quien nos enseñó, con cada gesto, a construir en comunidad, a resguardar lo que nos brinda la Pachamama, a ser mejores anfitriones de la creación y a resignificar su legado permanentemente frente a la voracidad capitalista.


[1] Sitio oficial de la Municipalidad de Tafi Viejo: https://www.tafiviejo.gob.ar/noticia/archivo/62643/recuerdo-nina-velardez-vive-entre-taficenos

[2] Ley provincial de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos: https://producciontucuman.gob.ar/wp-content/uploads/2021/04/Ley-Prov-Tuc-8304.pdf

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