“Tanto Evo como Cristina tienen un talento que responde a una época, pero no es esta”

Entrevista a Fernando Mayorga, uno de los analistas políticos referentes de América Latina: escenario electorial en Bolivia, política argentina, y la emergente derecha de estos tiempos. Por Tomás Astelarra.

El politólogo cochabambino cree que para las próximas elecciones en Bolivia es necesario un recambio generacional que incluye a jóvenes del MAS que ya han demostrado su capacidad de conducción como Eva Copa o Andrónico Rodríguez.

Fernando Mayorga es sociólogo y doctor en ciencias políticas. Actual director del Centro de Estudios Superiores Universitarios (CESU) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) en Cochabamba. Publica asiduamente en diversos medios periodísticos y revistas académicas de toda América Latina. Sus últimos libros analizan de manera crítica el proceso de cambio del MAS y su deriva desde el referéndum donde la población boliviana le dijo no a la reeleción de Evo Morales.

Parte de su crítica es al modelo de democracia sindical, que se ha perdido desde la aprobación de la nueva constitución del Estado Plurinacional. A partir de ahí, opina, el MAS se orientó más a la actividad electoral que a escuchar a las bases. 

Estaba por presentar su libro Mandato y contingencia: el estilo de gobierno de Evo Morales, cuando estalló el golpe de Estado de 2019.  En 2022 publicó Transiciones: ensayos sobre democracia en tiempos de crisis (Bolivia 2019-2021). Allíintentaba explicar cómo fue posible el regreso del MAS al poder con el triunfo electoral de Luis Arce Catacora como presidente.

En aquel entonces declaró que era necesario, además de una autocrítica, una renovación profunda del MAS-IPSP (Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos), y que para eso era necesario la renuncia a futuras candidaturas de Morales, Arce y David Choquehuanca (actual vicepresidente). “Me tildaron de loco, hasta en un programa de televisión me pusieron ‘Balada para un loco’, de Piazolla”, cuenta divertido. Pero recuerda: “vinieron las elecciones en octubre y, no solo que no desistieron de ser candidatos, sino que el MAS entró en una guerra brutal cuyo desastre se evidencia hoy”.

Engranajes de las democracia sindical

-¿Cuáles fueron para vos los principales problemas que llevaron a esta crisis de representatividad que hace especular con un regreso de la derecha?

-En Mandato y Contingencia, analizo dos victorias y tres derrotas. Victorias: la nacionalización de los hidrocarburos y la nueva constitución. Derrotas: el decreto de elevación de la gasolina en 2010 (cuando el MAS estaba más fuerte que nunca), el conflicto del TIPNIS en 2011, y el referendo del 21F (para la reelección de Evo Morales) en 2016.

Después hay cuestiones de la estructura democrática del MAS, que siempre fue considerada un instrumento de política sindical campesina. No había frontera entre el partido y el sindicato. Si no te proponían de una confederación, no podías ser dirigente del partido. Eso era el Pacto de Unidad.

Pero en 2008, con fines electorales, se crea la Conalcam (Coordinadora Nacional para el Cambio), sumando a las centrales obreras y otros sectores sindicales que, a diferencia de las organizaciones del Pacto de Unidad, no tienen control de las bases. Por eso cuando viene el golpe, no hay movilizaciones. Nunca hubo una autocrítica o un balance. Porque lo del 2019 fue una derrota política, en primer lugar. Si bien para la elección de 2020 se decide en un ampliado volver a las bases y el Pacto de Unidad y por eso gana Arce, luego se intensifican las internas y el distanciamiento de las bases por el afán electoralista.

-Algo parecido a lo que sucedió en Argentina con Alberto Fernández y Cristina Kirchner

-Es buena tu comparación. Voy a tratar de situarme ahí. Yo creo que Alberto Fernández no tuvo ninguna capacidad de disputarle la base a Cristina. Arce dio disputa y usó el aparato del Estado y la Justicia para quedarse con la dirigencia del MAS. Porque Evo se equivocó como jefe de campaña para las elecciones del 2022. Fue la peor elección de la historia del MAS. Ahí Evo sale debilitado.

Y hay otro aspecto clave que es la judicialización de la política y el pacto entre Arce y el Tribunal Constitucional, que le quita facultades al legislativo y anula la asamblea del MAS. Así inhabilita a Evo. Y quizás al resto de candidatos. Si Arce quiere. O al menos ser el único candidato de izquierda. El problema es que tiene 2% de votos en las encuestas.

Lo curioso es que Evo vuelve y el único recurso de poder que tiene es el partido. Es una cosa bien peculiar, paradójica, de un populista, como le dicen, un caudillista, que lo que hace es institucionalizar el partido, porque es su único recurso de poder. Entonces reforma el estatuto del MAS para fortalecer el partido y distinguirlo de las organizaciones sindicales. Más que para favorecerse a él, para no dejar que otros escalen.

Evo como jefe del partido y de campaña desoye la decisión de las asambleas de los sindicatos y nombra a otros candidatos. ¿Y qué hace la gente? Se consigue otra sigla y ganas las elecciones. Como sucedió con el gobernador de Pando, el alcalde de Cobija, o la misma Eva Copa en El Alto.

Eso termina de distanciar al partido de las bases sociales y sindicales. El MAS deja de ser un instrumento político de los pueblos.

El tiempo de los liderazgos

-Y ahora Evo termina renunciando al MAS y dice que se presenta con el Frente para la Victoria. A mi me resulta gracioso porque no es muy diferente a la historia de Cristina Kirchner y la Cámpora en Argentina. Esa desvinculación con las bases.

-Incluso ahora se pelea con Axel Kicillof, que es de su mismo rinón, ¿no? Y Cristina como jefa del PJ, justo para utilizar el aparato formal. Lamentablemente uno no puede evitar agarrar esa dimensión subjetiva. Pero uno diría: ¿qué le pasa a esta persona que tenía el talento político y la capacidad de lectura para llegar a ser líder? Y ese talento no lo utiliza para darse cuenta de que ya no es su época. Yo hablo de carisma situacional. Hay un perfil, un talento que responde a una época y ese mismo talento no sirve para otra época. Cuando cambian las condiciones.

-Vos analizaste la forma de conducir de Evo Morales ¿Cómo era?

-Los lunes se reunía con los altos mandos policiales o militares. Martes se reunía con los dirigentes sindicales, donde veían demandas y definían cuestiones estratégicas. Miércoles con el gabinete para ver cómo traducir en políticas esas decisiones. Y jueves con la bancada para ver cómo acompañar al ejecutivo. Tenía vínculo directo con la gente, porque se la pasaba viajando todo el día.

Entonces era un tipo de liderazgo construido de esa manera. Por eso mi libro se llama Mandato y Contingencia, porque es el rasgo peculiar de Evo. A diferencia de Correa o Chávez, no era un líder carismático que viene de arriba. Sino que nace del mundo sindical, de las bases mismas. Tiene un mandato y las bases le ponen límites.

Ese es el mandato. Y contingencia porque él tuvo esa habilidad, cuando era talentoso, de combinar una retórica radical con decisiones moderadas. Dependiendo la situación y lo que venía de sus bases. Por eso, precisamente, las tres derrotas que yo elijo, se explican porque son tres medidas absolutas. Por fuera de sus bases.  

-¿Y existe alguna solución a la actual interna y falta de conducción del MAS?

-Morales, Arce, Choquehuanca y los antiguos dirigentes tienen que desistir de ser candidatos a la presidencia, públicamente. E invitar a un debate, reconocer la autocrítica y que se fijen nuevas tareas estratégicas. Y ahí aparecerán los candidatos de la nueva generación. Ya hay gente que ha demostrado que tiene capacidad, como el Andrónico Rodríguez, que con treinta años tuvo que dirigir la resistencia en el Chapare. O la Eva Copa, lo mismo en El Alto. De dirigenta estudiantil a presidenta del Senado. ¿Y qué hace? Dice: bueno, aquí vamos a dirigir pero sin recibir órdenes de Evo. Y hace una brillantísima gestión en su primera experiencia legislativa. Pero ahora termina siendo expulsada del MAS de una forma poco ortodoxa la última elección.

O la Adriana Salvatierra. Tenía 29 años cuando fue presidenta del Senado. ¿Por qué llega ahí? Porque era brillante en términos de análisis. Yo creo que con esas experiencias ya está más que demostrada la capacidad de conducción de esos nuevos dirigentes.

Además, ni Evo, ni Arce ni Choquehuanca pueden ser candidatos ¿Por qué? Porque ninguno de los tres gana en primera vuelta y cualquier de los tres pierde en la segunda. Además tendrían que hacer un consejo de coordinación entre el presidente del Estado y el presidente del partido. No hay coordinación, y eso acaba debilitando la gestión y salen perdiendo todos.

Están hablando como si 2025 fuera a ser un paseo por cómo está la oposición. Pero una derrota sería catastrófica.

La ultraderecha avanza

-¿Y la oposición como las ves?

-A mí no me gusta hacer predicciones. Me parece una tontería. Yo siempre les digo a los periodistas que es como hablar del posible resultado de un clásico en el fútbol. Pero la pregunta es a donde va ir el voto del MAS ¿A Chi (Hyun Chung)? ¿A Reyes Villa (Manfred)? Yo creo que a la oposición no tradicional. En un libro de los noventas ya definí a Reyes Villa (actual alcalde de Cochabamba) como nepopulista local. Tiene base de sectores populares.

Chung en 2019 sacó 8% a nivel nacional. Y 15% en la Paz, Oruro o Tarija. ¿Quiénes lo votaron?: evangelistas aymaras. Esa es base del MAS. Y con todo un discurso antiderechos, pastor evangelista, esa cuestión de la batalla cultural de las nuevas derechas.

Cuando en 2020, el pueblo decide recuperar la democracia, se presenta Chung y saca solo el 1%. Es decir, que en 2019 era gente que estaba enojada con Evo. O sea, que sus votos son populares.

-¿Y vos ves un candidato tipo Milei o Trump?

-Recién estoy escribiendo un texto sobre la ultraderecha en Bolivia que va a ser publicado por Colmex y Clacso. Aquí la ultraderecha estaba antes de Milei, solo que no es orgánica. El golpe es eso. Camacho es eso. Llega desde afuera de la política, con acción paramilitar, policías y militares, violencia de por medio e invocación a Dios.

Añez era una senadora evangelista. Y asume como presidenta con una biblia católica y otra evangelista para expulsar a los satánicos. La movilización tiene apoyo de las dos iglesias.

Y eso viene de antes, de 2018, de la reforma del Código Penal, que fue una de las grandes derrotas del MAS. Que retira la ley frente a la movilización. Porque las iglesias decían que iba a favor del aborto y en contra de la propiedad privada. 

-¿Y ves la posibilidad de nuevas movilizaciones?

-¿Por qué no estalla? Primero porque lo de la crisis económica no ha llegado a un grado grave. Todavía hay mucho movimiento económico. Hay mucho relato opositor de que la crisis es brutal y está asociada a un fracaso del modelo masista. Pero no es para tanto. Más bien, problemas con la gasolina o el dólar. Pero es más problema de la clase media. Entonces Evo dice: vamos a salvar al país y hace bloqueos de caminos. Pero la gente vive al día y las bases dicen: “está bien el bloqueo pero me perjudica”. Entonces no hay quien canalice la protesta. Pero ojalá aguante esto. Porque si esto se dispara, sí hay suficientes consecuencias negativas.

COMPARTÍ ESTE ARTÍCULO

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

Recibí nuestras novedades

Puede darse de baja en cualquier momento. Al registrarse, acepta nuestros Términos de servicio y Política de privacidad.

Últimos artículos

Hace cuatro años partía de este mundo Hugo Montero, escritor, periodista y fundador de la revista Sudestada, un proyecto que luego se transformaría en editorial y pondría en pie sus propias librerías. Por Mariano Pacheco
«Todos llevamos aún el polvo de la dictadura en los zapatos, ustedes también, aunque no lo sepan» (Almudena Grandes). Encontrarán aquí un modo inmejorable de afrontar esa verdad. Por Rossana Nofal
«El gobierno de Boric es mucho más cercano a la ciudadanía de lo que uno habitualmente ve en los gobiernos de Latinoamérica” Entrevista al analista político chileno Felipe Vergara.