La gran corrupción también marca la historia

"Se está construyendo una forma de comportamiento estatal donde existen empresarios arrepentidos con empresas perdonadas", advierte el autor. Debilidad política, hipocresía empresaria y doble vara judicial frente al espejo del mundo.  

¿Vale la pena seguir adelante con el PPP en el caso de las rutas? Carlos CaserioClarín, 10 de octubre de 2018

 

Los grandes acontecimientos estampan épocas, símbolos, lugares y protagonistas.

 

Nadie duda que la independencia argentina al principio del siglo diecinueve es la casa de Tucumán y los triunfos de San Martín. Lo mismo se puede decir de la revolución francesa con su 14 de julio de fines anterior, con los sans culottes, la París revolucionaria y los Maximilien Robespierre y Georges Danton. Para no dejar de lado a Estados Unidos, país que hoy actúa como padre patrio de nuestra América indolatina y que logró su independencia 13 años antes que la revolución francesa, y su constitución su independencia 13 años después de la declaración de los Derechos Humanos y del Ciudadano francés. Los sacos de té que se exportaban, los trece Estados que declararon su independencia y sus hombres que hoy ilustran a la moneda universal llamada dólar marcan sus historia.

 

Con Rusia y su revolución socialista pasa lo mismo; nos dejó sus profundas marcas; el Capital de Marx, Moscú, y Lenín, Trotsky y Stalin. También hay marcas dejadas por el populismo argentino: 17 de octubre, los derechos de los trabajadores, los descamisados y el balcón de la casa Rosada, y Perón y Evita.

 

Pero no todos las marcas trascendentes surgen de hechos políticos. También nacen de los actos más deleznables de los hombres. La época presente (pero no solamente la actual) vive enmarcada en hechos despreciables que dejan su fuerte huella.

 

No podemos dejar de señalar que los llamados cuadernos de la corrupción señalan un período argentino, pero quizás no sean ellos los que quedarán como hitos en la historia, sino el arrepentimiento de los poderosos.

 

Por primera vez parece que la justicia escudriñará las pisadas de los corruptores, sin limitarse como siempre lo hizo al castigo exclusivo de los corrompidos. El delito se hacía propio y casi connatural con las oficinas y empresas del Estado y no en las casas de los empresarios. Se trataría ahora del triunfo de la justicia que se corregiría a si misma siempre que el arrepentimiento de veintidós empresarios privados no se quede en el acuerdo para eludir las rejas y seguir gozando de impunidad. Nadie pide que el arrepentimiento que sirva para juzgar a más culpables conlleve necesariamente “dolor de los pecados y propósitos de enmienda”, pero que importante sería si confesaran públicamente y sin tapujos delitos y sus sistemas de putrefacción, para que llegaran a ser conocidos por toda la población que es la víctima de estos delitos. (1)

 

Las frases anteriores nos recuerdan que la lucha contra la corrupción escindida, fracturada, sin culpabilizar a los empresarios como viene siendo, no es apta para lograr gobiernos que se rijan con la constitución y la moral pública. Siempre se afirmó que la corrupción se baila, como el tango, entre dos: corruptor y corrompido. Nace del origen de la palabra: co-rupcion, es decir participación de dos acordados para rompen el orden público o la moral social.

 

La corrupción es sistemática o accidental. Nos parece que el desgraciado caso de Lula haciéndose de un triplex a cambio de contratos de OAS con la petrolera oficial no alcanzó a todo el trabalhismo, a pesar de que la vida política, oficial pero también la opositora, se enseñoreaba con los beneficios mal habidos. El caso de Italia fue generalizado, es decir sistemático y su castigo también fue generalizado: la muerte política del socialismo y la democracia cristiana.

 

En Argentina no se trata de una sola empresa como Odebrecht con hegemonía corruptiva, sino que son numerosas las empresas corruptoras, como durante muchísimos tiempos las hubo.

 

Además la corrupción puede ser endógena sin influencias extranjeras, o exógenas. En el nuestro caso aparecen corrompiendo no solo las empresas locales, sino varias extranjeras, como Techint, Isolux, America Corporation, la siempre sospechosa Pampa Energy cotizada en Wall Street, y otras. Quizás es el método de introducir golpes a los gobiernos de los partidos políticos que no se pueden voltear como antes, acusándolos de fascistas primero, comunistas después. Recordar que un presidente americano decía que tenía comunistas propios que le servían para derrocar gobiernos populares. Hoy día tienen millones de dólares para corromper funcionarios de los gobiernos elegidos por la población.

 

Hay formas sistemáticas y exógenas que se utilizan para establecer las bases de la corrupción. Hoy lo estamos viviendo con la Participación Pública Privada (PPP). Como toda corrupción los jueces 2 , también responsables de este delito social, actúan cuando los gobiernos se suceden. Mal agüero para Macri cuando deje de ser presidente se acercará furiosamente a los edificios de Comodoro Py.

 

Marcas indelebles e indeseables

Las corrupciones, como lo actos que nacen del comportamiento patriótico y honrado, dejan fuertes señas en la historia. Y no hay que remontarse muy al pasado para hallarlas.

 

Si se quiere hablar de la corrupción en las privatizaciones basta rememorar la de YPF que sigue viviendo una mixtura nacida de los hechos delictivos sin castigo. Si queremos hablar de la corrupción energética norteamericana en la electricidad y el gas basta recordar a Enron. Si queremos hablar de la corrupción de la PPP debemos ver que pasa en el país donde este cocoliche púbico/privado se armó para delinquir con suaves guantes blancos.

 

Así como para la gran prensa los cuadernos son motivo del destape de la corrupción local, no se duda que la quiebra Carillon es la ocasión del desnudo de la corrupción del Reino Unido. Se trata nada menos de la segunda constructora del Reino y de pura cepa británica, con más de 43 mil personas empleadas en el mundo.

 

En el último decenio del siglo pasado, un grupo de empresarios adictos a la obtención de las libras (o euros) a cualquier precio fundó la empresa constructora y financiera desprendiéndola de otra centenaria de la construcción que llamaron Carillon casi contemporáneamente al establecimiento institucional de las PPP. Carillion hoy quebrada y castigada por sus grandes delitos es símbolo de la corrupción del Reino Unido, específicamente de Inglaterra.

 

Las tres P británicas o la Private Finance Iniciative (PFI)

Fue establecida hace 25 años como sistema de neoprivatización venida para perfeccionar a muchas de las fracasas privatizaciones de la obra pública (2) del Reino Unido durante el gobierno conservador del primer ministro John Major. Luego fue imitada por muchos gobiernos neoliberales de otros  países y tardíamente por el gobierno conservador de libre mercado de Mauricio Macri.

 

Tardíamente porque lo hacen cuando el Reino Unido abandona el sistema por provocar graves corrupciones. En la Argentina se instalan las 3 P copiando el modelo, y avizorando el futuro camino hacia Comodoro Py cuando no se esté en el gobierno.

 

El caso en Inglaterra

La PFI británica, luego modificada por la Private Finance Two (PF2) sirvió para que el sector financiero británico participara en el financiamiento de la obra pública, como forma de hacer obras de naturaleza mixta, donde el sector privado acreedor del financiamiento utilizaba las obras y los servicios públicos sobre las cuales operaba para favorecer sus negocios y prácticas interesadas. La PF2 fue una actualización de febrero de 2012 ampliando los plazos del contrato, acortando el período de aprobación a 18 meses, simplificando procedimientos, etc. La mayor corrupción británica de este siglo es mérito de Carillon que usó las PFI y PF2 a su exclusivo interés.

 

Carillon y otras compañías constructoras y financieras se beneficiaban porque cobraban al Estado en más del 2% al 3,75% del la tasa vigente por los créditos para hacer rutas, escuelas y hospitales (3). Resultaron cifras importantísimas para el Tesoro real por la diferencia que tenía en tomar crédito para coinvertir y los pagos por los créditos privados. Produjo déficits fiscales al gobierno conservador.  Un banco estatal como el Royal Bank of Scotland denunció “como fraude  a la gente” a las PF no obstante haber obtenido grandes ganancias.  Los políticos, hasta ahora, usaban el sistema sin pagar dinero por adelantado y así constreñir el nivel de deuda pública, incluso sin ubicarlas en el presupuesto anual.

 

Un gobierno conservador –el actual- es el que se vió obligado a dar de baja el sistema que esa corriente política había instituido: financieramente provocaba perjuicios al Estado y promovía un sistema de corrupción “legalizado”. La quiebra de Carillon el 15 de enero de 2018 fue la causa de la eliminación del sistema PPP; si bien se mantienen los contratos en vigencia eliminaron la posibilidad de nuevos acuerdos. Fue Philip Hammond, ministro conservador de economía  (chancellor of the Exchequer)  quien promovió la eliminación del sistema.(4)

 

En Inglaterra durante 25 años entre conservadores y laboristas mantuvieron el sistema de corrupción, En Argentina sancionaron el 16 de noviembre de 2016 la Ley 27.328 de participación pública y privada sectores de casi todos los partidos, mostrando una vez más como el Congreso junto con el poder Ejecutivo condenan oralmente la corrupción pero la instalan normativamente. Aunque debe apreciarse el numeroso sector en Diputados como en el Senado que se opuso a la Ley, previendo su fracaso y convertirse en una nueva fuente de corrupción en los contratos originalmente de neto carácter público. Sin duda, la ley argentina marcará otro hito en la historia de la corrupción nacional, pero esta vez aprendiendo de la práctica británica. Se debe recordar que para su aplicación el poder ejecutivo local envió a varios funcionarios a estudiar la aplicacióndel sistema en el país de origen.  

 

Como decíamos al principio de este artículo, hay épocas que son rememoradas por hechos que enorgullecen, pero también otras fueron signadas con nombres que avergüenzan, como la década infame. ¿Cómo se recordarán estos primeros años del siglo veintiuno? Como fotocopias de supuestos cuadernos del chofer, o como la época de los empresarios alcahuetes que se acusaron entre sí? Pronto lo sabremos.

 

Pero mientras tanto, hay sectores que pretenden separar las responsabilidades personales de las empresarias. Contra la corriente que cada vez más las relaciona, también tardíamente se intenta hacer esta separación. Así, en otros países, mientras las empresas con las que se cometieron delitos son sancionadas o enviadas a la quiebra (Carillion, Enron por ejemplo) en Argentina se acepta castigar judicialmente a las personas física o morales, pero se recontrata a las empresas que actuaron contra el conjunto social, escudándose en el criterio que no se debe detener el proceso productivo o constructivo. Grave error en Argentina, donde hay empresas de las fotocopias que contratadas con PPP están denunciadas por arrepentidos, como son Vial Agro y Constructora José Cartellone. Se está construyendo una forma de comportamiento estatal donde existen empresarios arrepentidos con empresas perdonadas.  

 

 

1 Es correcto  el pedido del diputado Máximo Carlos Kirchner para que las confesiones de los ceos estén disponibles.
2 Diego García-Sayan clasifica como trenza segunda a las redes corruptas que operan dentro del sistema judicial o fiscales, en “Las ‘trenzas’ en la corrupción”, El País, 1 de noviembre de 2018.
3  Carillon también financió y construyó la Royal Opera House, la Pinacoteca Tate Modern, la renovación de vías ferroviarias, etc.
4. Firmado por Don Quijones la revista Wolf Street publica un interesante artículo sobre la causa Carillon y el sistema de participación PPP, titulado “Después del colapso de Carillon el gobierno del Reino Unido mata la asociación público-privada”. La revista evoca en su título a la película de Martin Scorsese sobre el lobo de Wall Street, que necesitó años para su filmación porque Hollywood no resistía una crítica tan fuerte al sistema financiero norteamericano, pero paradójicamente el film fue cofinanciado por el grupo malayo 1MDB que hoy en pleno destape (noviembre de 2018) se conoce que junto con la financiera estadounidense Goldman Sachs provocaron el acto más grande de corrupción de la historia de Malasia al estafar al Fondo soberano de Riqueza de ese país formado por el ingreso de la renta petrolera.

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