La Fundación CONIN reapareció en escena semanas atrás con el escándalo de los alimentos a punto de vencer del ministerio de Capital Humano de la Nación, al disponer su titular, Sandra Pettovello, que sean repartidos a través de la organización de su amigo, el controvertido doctor Abel Albino. Ese mecanismo de distribución, a todas luces improvisado, está aún en funcionamiento con resultados desparejos, por decirlo diplomáticamente.
Fue en este contexto que la Fundación Camino, aliada de CONIN en la ciudad de Rosario, quedó en foco. Porque sería la natural destinataria de la mercadería a repartir, desde ya. Pero también porque su presidenta, Cecilia Roullión, es la esposa del diputado nacional libertario Nicolás Mayoraz, un abogado que adquirió notoriedad en la guerra celeste contra el aborto legal. Albino también hizo furor en esa época, al rechazar el uso del preservativo porque “el virus del SIDA atraviesa la porcelana”.
Un año antes de aquellas intensas jornadas, el 7 de abril de 2017, el entonces gobernador santafesino Miguel Lifschitz había firmado el decreto Nº 684 mediante el cual dispuso la entrega de $ 494.051,51 a la “Fundación Camino CONIN Rosario – Centro Cultural María Hortensia Echesortu de Roullión” en concepto de “ayuda económica” destinada a “solventar los gastos de refacciones en las nuevas instalaciones de un Centro de Prevención de Desnutrición Infantil con el que la entidad trabaja”. Un cálculo muy a ojo permite aseverar que, en aquel momento, el monto del subsidio no fue para nada desdeñable.
El caso de la ciudad de Santa Fe es aún más curioso. También en 2017, pero el 19 de octubre, el intendente en aquel momento, el radical José Corral, firmó el decreto 814 por el que aprobaba un convenio de colaboración con la Fundación Hoy por Mañana para “trabajar en conjunto contra la desnutrición infantil, haciendo hincapié en la prevención y tratamiento de la desnutrición de los niños y niñas menores de 5 años que asisten a Jardines y Solares Municipales”.
Ese acuerdo preveía, entre otros “objetivos específicos”, “acompañar al grupo familiar a través de la asistencia y la educación, interviniendo positivamente en el periodo crítico de los primeros años de vida, buscando estrategias que permitan minimizar o erradicar los factores de riesgo que se visualizan”, “brindar diferentes actividades educativas que promuevan e impulsen estilos de crianza saludables, potenciando los recursos individuales, familiares y sociales, para la generación de una cultura de protección de los derechos de la infancia” y “promover hábitos saludables de salud, higiene y nutrición, fortaleciendo los factores protectores”.
Para lograr esas metas, el convenio entre la municipalidad de Santa Fe y la Fundación CONIN establece la implementación de acciones tales como “monitoreos nutricionales, bajo el ‘Método Conin’, con el fin de prevenir la desnutrición y mejorar la nutrición de la población que asiste a los jardines municipales y solares”, “espacios de formación para las familias y comunidad” y “capacitar a docentes de los Jardines Municipales”.
Un mal pensado podría sospechar que el entonces intendente y hoy diputado provincial José Corral habilitó un dispositivo de adoctrinamiento para los 1.500 chicos (más sus respectivas familias) que concurren a los jardines municipales. Sobre todo si se tiene en cuenta lo descripto en la tesis de grado de la socióloga Camila Stimbaum, cuyos extractos fueron publicados por Página 12 y Cenital: la intervención de la Fundación CONIN se focaliza en niños y sus madres, y jóvenes embarazadas, e incluye sistemáticamente una bajada de línea moral.
La historia no termina allí. De hecho, se pone mejor. Dos años después de la firma del convenio, que duraba 12 meses con prórroga automática, la presidenta de la Fundación CONIN Santa Fe, Inés Larriera, encabezó la lista de candidatos a concejales del oficialismo, con el padrinazgo abierto de Corral.
Va otra vez por si no se entendió, o al lector le quedó alguna duda por considerar demasiado grosero el episodio. En 2017, José Corral le abrió los jardines de infantes de la municipalidad a la Fundación CONIN de la ciudad de Santa Fe, presidida en aquel momento por Inés Larriera. En 2019, esa dirigente “albinista” fue primera candidata del entonces intendente. Y, en efecto, electa concejala.
Falta algo más. Larriera no tuvo suerte en el cierre de listas de 2023, en el marco del amplísimo y heterogéneo frente Unidos para Cambiar Santa Fe, que arrasó en las elecciones provinciales y consagró a Maximiliano Pullaro como nuevo gobernador. A la ya ex titular de CONIN le tocó ocupar el cuarto lugar de una nómina de precandidatos a diputados provinciales que no tuvo buen desempeño en las primarias y, así, quedó fuera de la oferta electoral para las generales.
Aún así, no terminó mal el año. Desde diciembre de 2023 es la directora de Niñez, Adolescencia y Familia de la provincia de Santa Fe.