A un mes de las elecciones a gobernador de Córdoba

Alquimias cordobesistas. Se contempla un rejunte de experiencias y tensiones entre partidos. Un panorama completo.

Este 25 de junio, las cordobesas y cordobeses contemplarán once fórmulas en una boleta única, dentro del cuarto oscuro, para elegir a su nuevo/a gobernador/a.

Allí habrá tres peronistas: Martín Llaryora, actual intendente de la ciudad de Córdoba que va por el sello oficialista provincial de “Hacemos Unidos por Córdoba”; el verborrágico Luis Juez, senador nacional y ex-intendente de la misma ciudad con “Juntos por el Cambio”; y Federico Alesandri, intendente de Embalse, con “Creo en Córdoba de Todos”, representando al Frente de Todos.

También aparecen el ex-legislador Aurelio García Elorrio de “Encuentro Vecinal”, apegado a los “pañuelos celestes” antiabortistas, y la bancaria “pañuelo verde” Liliana Olivero, con el “Frente de Izquierda y de los Trabajadores – Unidad”. Hay otros dos que dicen representar a Javier Milei: los empresarios Rodolfo Eiben por el “Frente Liberal Demócrata y Desarrollista” y Agustín Spaccesi por “La Libertad Avanza”. Y completan Fernando Schüle, de “Partido Humanista”; Julia Di Santi, de “Nuevo MAS”; Patricia Bon, de “Partido Popular del Cuarteto”; y Mario Peral, de “Partido Popular Federal”.

Hace un mes atrás, se pronosticaba un posible empate técnico entre Llaryora y Juez. Hoy es discutible. Los efectos a favor del joven oriundo de San Francisco, al límite con la provincia de Santa Fe, se hacen sentir desde los momentos previos al cierre de listas. El peronismo, que maneja el gobernador Juan Schiaretti, logra consolar y convencer a dirigentes que están desencantados con los disruptivos consensos que hubo en esta mezcolanza entre juecistas, radicales, lilitas y macristas.

Así tenemos a la intendenta radical de Juárez Celman, Myrian Prunotto, que aceptó ser la candidata a vicegobernadora por el oficialismo. También está el ahora ex-presidente del PRO en Córdoba, Javier Pretto, quien aceptó ser el compañero de fórmula de Daniel Passerini, actual vice de Llaryora, para ocupar el municipio capitalino. También se integró  como candidata a legisladora Delia Romero, hija del fallecido intendente de Villa Allende, Eduardo “Gato” Romero, reconocido golfista que se sumó a la política por pedido de su amigo personal: Mauricio Macri.

No solo eso: mucha atención generaron las fotos desde Costa Sacate, en el departamento de Río Segundo, donde el heredero de Schiaretti participó de un acto del PRO, repleto de globos amarillos y con la insignia del partido fundado por el ex-presidente de la Nación.

Actualmente, se anunció la entrada de un jugador clave para acompañar la campaña de Prunotto, quien es un peso pesado de la Unión Cívica Radical a nivel provincial: el legislador Orlando Arduh, jefe del bloque de Juntos por el Cambio en la Legislatura. Él se dispondría a manejar la “ambulancia” que recoja a los “cambiemistas” que se sintieron molestos o poco representados por los casilleros ocupados en las candidaturas legislativas, sobre todo quienes vienen de distintos puntos del interior, por la escasa representatividad de la misma, y sumarse al frente pergeñado por Schiaretti y Llaryora. La principal carta es en el ofrecimiento garantizado de ocupar algún cargo importante, en caso de un triunfo oficialista.

Poroteos maduros

Córdoba tiene 427 ciudades y comunas. Más de la mitad tendrá elecciones de sus autoridades locales el mismo día que el de la gobernación.

Hasta el último domingo, más de la cuarta parte de esas localidades ya tuvieron su emisión de votos. El balance es que, hasta ahora, ha sido bastante favorable para Juntos por el Cambio. “El cambio viene del interior”, sostiene insistentemente Juez.

En el superdomingo saliente del 4 de junio, hubo 88 disputas electorales, que sacó muchas sonrisas a quienes integran al PRO (opositor), a la UCR opositora y al juecismo. Entre ellas: Santa Rosa de Calamuchita, que después de más de tres décadas de triunfos peronistas, el cargo fue arrebato por un radical.

En Cosquín, el oficialismo municipal, adherido a Hacemos Unidos por Córdoba, perdió frente a una alianza comandada por Raúl Cardinali, un peronista adherente al kirchnerismo. Su triunfo local fue celebrado por el precandidato a gobernador Alesandri y por el vicepresidente del Banco Nación, Carlos Caserio. Un dato curioso: años atrás, como concejal, Cardinali había presentado un proyecto de ordenanza para prohibir el uso del glifosato en la “capital nacional del folclore”, por el temor de las fumigaciones con agroquímicos. Se aprobó por mayoría, pero luego fue vetado por el actual intendente Gabriel Musso, el gran derrotado en esta última elección, al proponer a su esposa, Andrea Montes, como su sucesora.

Pero el golpe duro para el oficialismo provincial ocurrió en la ciudad de La Calera, su principal bastión en la región del Gran Córdoba, por fuera de la capital. El ganador fue Fernando Rambaldi, por tan solo 32,6 % de los votos, que representa una fusión entre Cambiemos y el partido provincial de Encuentro Vecinal, de García Elorrio. Pero sobre todo, logró su triunfo por la división del PJ entre el actual intendente “ultraschiarettista” Facundo Rufeil y Gastón Morán, quien trabaja para el legislador Rodrigo Rufeil, enemistado con su primo Facundo y que ha recibido el apoyo de figuras ligadas a Llaryora. Esa crispación política-familiar, con resultados catastróficos, expondría también las diferencias, con una brecha de por medio generacional, entre un Schiaretti que se niega a jubilarse y un Llaryora dispuesto a sacarle el trono.

Por último, no es menor el balance del “voto soja”, concentrado en la franja sur y este provincial, en una disputa encarnizada por ambos frentes, que le prometen a los productores mayor protagonismo y reducción de las retenciones. En un simple poroteo que realizó Zoom de todas las elecciones municipales realizadas hasta ahora, vemos que los triunfos para el gobierno provincial se concentran en la franja intermedia-centro, enfocados en los departamentos de Juárez Celman (tierra de Prunotto) y Unión. De hecho, en los últimos dos domingos, Llaryora salió a festejar en los pueblos que integran la pampa gringa, como muestra de su interés.

Sin embargo, el poroteo amarillo se va acumulando al oeste, en el departamento de Río Cuarto, cuya capital homónima es la ciudad natal del fallecido José Manuel de la Sota, y en la región con mayores rindes de soja, que es la franja oriental de Marcos Juárez. De hecho, su ciudad capital fue el primero en experimentar, de manera exitosa, la fórmula Cambiemos, allá por el año 2014.

Juntos y desleales

Pero Juntos por el Cambio también tiene sus problemas. Así lo contempló Zoom en una reunión virtual organizada por un sector de los “halcones”, que contó con la participación de la vicepresidenta del PRO, la cordobesa Laura Rodríguez Machado. Allí recibió varias quejas de sus afiliados locales, por la falta de representatividad en la lista de legisladores o el desconcierto de las bases. Una de ellas, desde Río Cuarto, manifestó que “están desesperados”, porque Patricia Bullrich ni siquiera se presentó a la ciudad. “El PRO tiene 40 locales en la provincia, una de ellas está ahí”, le respondió Rodríguez Machado, quien también tuvo que responder otra consulta sobre si no había una autocrítica por la escapada de partidarios a “Hacemos Unidos”: “Es una costumbre del PJ comprar dirigentes. Hicimos las denuncias y las exigencias de desafiliación correspondientes. Pero traidores, habrá siempre”.

Por lo pronto, ella manifestó que cien dirigentes de la Unión Cívica Radical en Córdoba anunciaron que acompañarán a Bullrich en su disputa por la Casa Rosada. Quien no estuvo alegre fue la vicepresidenta de la UCR Nacional, la también riocuartence María Luisa Storani, que desde Twitter lamentó “la desleal actitud” de “esos afiliados cordobeses”, recordando que hay “correligionarios” presidenciales como Facundo Manes y Gerardo Morales.

Por último, a mediados del mes pasado, Luis Juez subió una foto en Twitter con Mauricio Macri: “Fuimos los cordobeses quienes lo hicimos presidente en 2015 y cada día valoramos más su gestión”. Una semana después, hizo lo suyo Rodrigo de Loredo, candidato a intendente capitalino. “Aprender de la mejor experiencia en gestión para que Córdoba vuelva a brillar”, publicó el joven maravilla radical, con un encuadre mucho más cercano y con roles activos para la campaña de que la ciudad sea la “número 1” del país. Cuando había anunciado que no sería el compañero de fórmula de Juez, para así disputar la capital, Macri lo había felicitado: “Confío en su compromiso y su capacidad”. Su salida implicó una pérdida de apoyo de la gran ciudad, reforzando la hipótesis sobre el interés del titular de la Fundación FIFA para boicotear la “balcanización” de Juntos en Córdoba.

Microlawfare serrano

Más éxito parece tener el juecismo para accionar en la justicia, aprovechando la ola intervencionista de la Corte Suprema en elecciones provinciales. Así ocurrió en la comuna de Villa Ciudad Parque, en Calamuchita, donde el candidato de su frente logró bajar a sus únicos dos competidores, por orden de una jueza electoral, que realizó una inédita interpretación sobre una ley que prohíbe la re-reelección de cargos. Según su fallo, que accedió Zoom, considera que esos candidatos se les compute como doble gestión, al sumar el cargo que ejercieron en la Comisión comunal, aún siendo de listas opositoras. “El proyecto no está en riesgo. No se me corta la fuerza por no ser más jefe comunal. Siempre sabíamos que estábamos jugando con las reglas que no armábamos nosotros”, comentó el “proscripto” Pablo Riveros en una entrevista al portal La Luna con Gatillo. Aún así, su partido vecinalista logró su segundo triunfo con el 67 % de los votos y Riveros aunció que planea “provincializar” la experiencia de Villa Ciudad Parque, enfocada en el freno al desarrollismo inmobiliario, a la producción agroecológica y al cannabis medicinal.

No solo derechistas

Pero en ambos frentes, también logran ser acompañados de sectores ligados al progresismo. En el oficialismo provincial, se sumó la organización Libres Del Sur, que participa de  protestas piqueteras contra las medidas de ajuste nacional. “Son momentos de mucho desencanto con la política. Ampliar los espacios de debate y diagnóstico compartidos, como se expresa en la diversidad de esta alianza, es un buen camino”, apuntaron desde la organización. Sin embargo, no acompañarían la precandidatura presidencial de Schiaretti, sino la de su propio dirigente: Jesús Escobar. Situación parecida a la de Pretto y otros del PRO, quienes harán proselitismo por Horacio Rodríguez Larreta.

En otra elección municipal grande, en Villa Carlos Paz, Juntos por el Cambio eligió como su candidato al médico Emilio Iosa, reconocido en el activismo ambiental por sus denuncias sobre la contaminación del lago San Roque, y quien no solo cuenta con el apoyo de juecistas y macristas, sino también de adherentes kirchneristas e incluso militantes de Milei. “La construcción política del siglo 21 apunta a la solución de problemas concretos; desde lo minúsculo hasta problemas mayúsculos”, explicó el propio Iosa a Zoom, quien dejó en un veremos si después del voto del 25 de junio tendría que hacer campaña por Larreta o Bullrich.

¿Lo exportable en silobolsa?

Mientras se termina de editar este artículo, los canales de televisión están con mucha expectativa por la reunión tensionada de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio, sobre la posible entrada de algún dirigentes, en particular de Juan Schiaretti, para integrarse al frente. “¡No lo voy a tolerar!”, llegó de sorpresa, y casi a los gritos, Luis Juez, advirtiendo que si llegase a ocurrir, se desmadraría todo en Córdoba. Tanto el “gringo” cordobés como Rodríguez Larreta cuentan con un mismo asesor: Guillermo Seita, sindicado de ser el cabeza que tuvo el frustrado intento de crear la “tercera alternativa” del 2019 con Schiaretti, Urtubey, Sergio Massa, Miguel Pichetto y Marcelo Tinelli.

Una semana antes, el precandidato cordobés se anotició con un sondeo de Poliarquía, donde se menciona que para las PASO solo recibiría un 1 % de los votos, e incluso perdiendo frente a su competidor en las internas, Juan Manuel Urtubey, quien cosecharía un 2 %. Lejos de “salir de la grieta”, su alianza disputaría un escalón con el trotskismo. Sumando los porcentajes, tendrían un mínimo para entrar a las elecciones generales. Pero se desinflaría la campaña de “exportar el modelo Córdoba”.

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